Los Samadhi del Sabado – Lenguaje: expresión del corazón
El trabajo de etólogos, psiquiatras y psicoterapeutas como el Dr. Boris Cyrulnik y Frans de Waal demuestra que la empatía, la reconciliación y la planificación para el futuro son comportamientos característicos que son identificables en casi todas las especies vivas. No constituyen una especificidad del ser humano.
Las emociones, es decir, las expresiones corporales y mentales asociadas con el comportamiento, no son propiedad exclusiva del hombre. Sólo los sentimientos son un estado en el que él tiene el privilegio porque sólo pueden transmitirse a través del lenguaje.
Es el lenguaje que estructura nuestro psiquismo, aunque está claro que el predominio del pensamiento es sólo una entre otras etapas en la evolución de la consciencia humana. La mente se construye mediante la evocación de palabras y los símbolos que prestamos a estas palabras. Sin embargo, sólo la mente puede hacernos esclavos de su discurso recurrente que crea un muro que nos separa de nuestra consciencia.
El pensamiento es una manifestación de la existencia de nuestra consciencia, pero no es su esencia. La esencia del ser humano está en el vínculo que, más allá del pensamiento, lo conecta con el silencio de su corazón. El incesante e involuntario diálogo producido en nosotros por el pensamiento nos ayuda a resolver las cuestiones prácticas de la vida cotidiana, pero nos aleja de la paz interior. El pensamiento es necesario para el análisis de la información y, por lo tanto, es esencial para nuestra supervivencia, pero se vuelve destructivo cuando permitimos que invada todo nuestro espacio mental.
La creatividad pura de los más grandes artistas o científicos surge de su capacidad para conectarse con el espacio del vacío mental que resuena en su conciencia, más allá del alboroto mental.