Los Samadhi del Sabado !Vivan las diferencias¡
Después de las turbulencias múltiples y variadas con las que el año 2018 nos ha gratificado en todo el mundo, el advenimiento, este 5 de febrero, del año chino del cerdo parece un alivio.
Este duodécimo representante del mundo animal, ubicado entre los signos de agua, tiene la reputación de brindar el éxito en la mayoría de las áreas ya que encarna la germinación de las plantas, el comienzo de la primavera y, por lo tanto, la renovación, el nacimiento de nuevas formas de vida, innovaciones en el orden social y el surgimiento de nuevos regímenes políticos.
Cuando en el Siglo III A.C., bajo el reinado de Huang Di, el emperador de Jade, Buda convoca los 12 animales que permitirían determinar la división del tiempo, hasta ahora desconocida para la humanidad, a pesar de los trucos que todos usaron para intentar llegar primero, el cerdo cerró la carrera, víctima de su glotonería porque se demoró en comer todo lo que encontró en su camino. Pero el zodíaco y la astrología lunar de China habían nacido.
La leyenda relata sin embargo que el orden de los animales en el zodíaco oriental obedece al principio de equilibrio perfecto entre las dos fuerzas cósmicas del Yin, femenino, receptivo impar , y del Yang, masculino, activo e impar.
Estas son las dos energías que están constantemente involucradas en el cuerpo humano, a través de 12 canales, seis de los cuales son de la llamada polaridad femenina y seis masculinos. Es gracias al equilibrio entre estas dos fuerzas que ocurre la chispa de toda la vida. También es cuando se produce el desbordamiento de una sobre la otra que surge la enfermedad.
Este principio, también primordial en la cosmovisión andina parece haber abandonado no sólo nuestro planeta y la forma en que gestionamos la naturaleza, sino también la esencia misma de muchas relaciones entre hombres y mujeres.
Un artículo reciente de Camille Paglia, una feminista mundialmente famosa y rechazada por los sectores “Ultra“ de la retórica antimasculina , manifestó que «Sin la existencia de los hombres, las mujeres quizás no hubiéramos salido de las cuevas». Las pinturas rupestres pueden atestiguar lo contrario y evidencian el impulso de creatividad y trascendencia que anima a la humanidad en su conjunto, desde sus orígenes.
Pero es innegable que la capacidad biológica de la mayoría de los mamíferos masculinos les da una mayor y obvia aptitud de explorar, pescar y cazar. Y aun cuando es cierto que el actuar y la autonomía son igualmente esenciales al florecimiento de ambos géneros, es erróneo extrapolar que todas las mujeres consideren la sexualidad o la carrera profesional desde el mismo ángulo y con la misma intensidad que los hombres. Ciertamente no se trata de abogar por la atribución de roles sociales culturales que han significado y permiten aún tantas desigualdades en el mundo entre hombres y mujeres. Pero el gran número de campeonas olímpicos o mujeres astronautas no significa que la biología sea una simple construcción social.
Sin la complementariedad que es el origen de toda vida, sin estas diferencias que permitan el florecimiento del potencial de todos y cada uno de nosotros, sin la fusión de nuestros talentos y sin la búsqueda del equilibrio entre nuestras propias habilidades y las del otro, cómo podemos preservar nuestro planeta, transmitir valores sólidos a nuestros hijos, o simplemente: Vivir pacíficamente este año nuevo chino ?