Los Samadhi del Sábado – «EL RUIDO OCULTO DE LAS PALABRAS»
El presidente Emmanuel Macron ha nombrado al neuropsiquiatra Dr. Boris Cyrulnik para presidir un comité especial de expertos cuya misión es «pensar» en acompañar los primeros 1.000 días de vida de los niños.
Este experto, reconocido a nivel mundial por su trabajo en materia de resiliencia, ya ha hablado a menudo de la importancia de este período inicial de la vida humana, la necesidad de proteger al niño y el papel y la responsabilidad del Estado incluso antes de la concepción.
Según el Profesor Cyrulnik, «nos hablan antes que podamos hablar» significa que el feto, durante el embarazo, percibe y registra casi 3000 palabras, luego conserva e incluye 160 fonemas de la lengua materna. Incluso antes de nacer, el bebé «in útero» flota no sólo en la placenta, sino que esta membrana le transmite un baño de lenguaje de sus padres y de la percepción de los sonidos del entorno. «El cerebro es literalmente esculpido por el lenguaje, luego reduce su actividad y aprende a funcionar en baja velocidad», continúa el psiquiatra. así es cómo nuestro entorno nos moldea.»
La práctica psicoanalítica ya demostró cómo el lenguaje estructura nuestra forma de pensar, nuestro andamio psíquico y cómo el vocabulario puede influir tanto en nuestro comportamiento como en nuestra forma de percibir el mundo, pero también revelar nuestros bloqueos. Por lo tanto, los fonemas son tanto los espías de nuestras representaciones en el sistema cognitivo como en el inconsciente y los aliados de nuestra vida interior.
Es justo acoger con beneplácito esta decisión que tiene por objeto proteger a los niños de Francia de las perturbaciones que la contaminación acústica, el abandono y todos los elementos de abuso de adultos contra los niños pueden causar. ¿Pero qué hacer y qué decir ante la incontinencia verbal absoluta que estamos presenciando en las redes?
Sea cual sea el tema o el idioma, la humanidad parece deleitarse con una avalancha de groserías, hostilidad, resentimiento, una efusión de palabras y abreviaturas cuya vulgaridad y agresividad contaminan tanto más alegremente la atmósfera de casi todos los intercambios cuanto los autores saben poco o nada del otro u ocultan su verdadera identidad con seudónimos.
Así como los saqueos y pillajes desfiguran la idoneidad de cualquier protesta popular, el uso de la violencia verbal degrada las relaciones humanas, ensucia nuestros espacios mentales, distorsiona la psique y perturba el crecimiento de los niños en todo el mundo.
En el Perú, ¿qué hacer y qué hay de la contaminación acústica, los niveles insostenibles de decibeles a los que nos someten el tráfico urbano y los medios de comunicación? ¿Cómo contrarrestar la violencia audiovisual a la que los niños son sometidos a todas horas del día por información de diversos sucesos cuya truculencia golpea y distorsiona su percepción?
La prevención y protección de los menores, así como la educación, son obligación del Estado y de los Municipios, pero el desarrollo psíquico, el descubrimiento de los valores humanos, la formación ética de los niños pequeños es una tarea donde el comportamiento de
cada ciudadano vale oro: elegir sus palabras, escribir sólo lo que nos gustaría oír, escuchar a Mozart, Rameau o tocar la quena son formas seguras de sembrar la paz.
Marie-France Cathelat Lima, 26 de Octubre 2019
Lima, 26 de octubre de 2019