Los Samadhi del Sabado – La mirada que ciega

Los recientes estudios de científicos de todo el planeta, como el Prof. Boris Cyrulnik, Dr. Max Wintermark, Prof. Samer Hattar o el Prof. Hyung Suk Seo son alarmantes:
 
Este último estudió las imágenes IRM del cerebro de adolescentes de 15 años, la mitad adictos a los teléfonos celulares y otra que no lo eran. Los resultados del estudio demuestran el impacto negativo de la adicción a los smartphones sobre una molécula cerebral indispensable a nuestro equilibrio emocional. Las consecuencias que produce la dependencia a la pantalla portátil produce efectos similares a los que sufren quienes padecen de ansiedad, insomnios o impulsividad descontrolada. Esto revela que el nivel de neurotransmisor GABA (responsable de la inhibición) superaba las tasas normales y podía explicitar los trastornos de ansiedad y disminución de la actividad cerebral en los sujetos observados.
 
Samer Hattar, Profesor de Biología en en John Hopkins University ha observado que las personas que usan sus pantallas antes de dormir muestran mayores niveles de cortisol (la hormona del estrés) de lo normal.
 
Max Wintermark, médico en radiología y director de investigaciones y neurobiología de la Universidad de Stanford, «se trata de la primera investigación sobre la adicción a internet que arroja resultados comparables a las realizadas sobre el efecto de substancias como el alcohol sobre el cerebro».
 
Luego de una terapia cognitiva en la que se les privó del celular, los niveles de GABA volvieron a la normalidad después de 2 meses. Habían recuperado une mejor nivel de expresión y desarrollaban interés por nuevas actividades.
 
El «smartphone» produce por sí solo graves consecuencias como precipitar la depresión, según los estudios de Kevin Morgan, profesor de la Universidad de Loughborough, especializado en trastornos del sueño.
 
En cuanto al Profesor Boris Cyrulnik, es excepcionalmente drástico : «Pas d’écran du tout avant trois ans» (Nada de pantallas antes de los 3 años). Para este neuro psiquiatra, promotor e investigador de los mecanismos de resiliencia, el niño construye su psiquismo y su proceso de socialización a partir de las interacciones con otros seres. La pantalla produce una alteración de la empatía y trastornos del desarrollo afectivo: no crea intercambio, el niño es objeto de sus propias pulsiones y, adolescente, será más propenso a dejarse llevar por ellas y «pasar al acto», como la creciente violencia lo deja entrever.
 
Enviamos mensajes de teléfono con emoticonos, pero sin sentir emoción alguna. La comunicación en Internet no es relación. La computadora ¡no me mira a los ojos, no me sonríe y no o se expresa.
 
El mundo de la tecnología es como el mundo de la palabra. Es maravilloso y a la vez terrorífico. Es cierto que con Internet podemos comunicarnos mejor, pero nos desconecta del otro.
 

«La paradoja de la condición humana es que para poder llegar a ser uno mismo, se requiere de la influencia de los demás»
Boris Cyrulnik (cita: Feb 5, 2019 Paris)