Los Samadhi del Sabado | Ep.15

Los Samadhi del Sabado | Ep.15

Los Samadhi del Sabado – La causalidad de la casualidad

En el blog de la semana pasada (27 de abril), recibimos de México el interesante comentario de la artista Mahia Biblos, esposa del Maestro Juan Acha, Teórico de los procesos del arte de América latina, en el sentido que nuestro texto …. era algo “esotérico”.
 
Como las reflexiones sobre la estética filosófica de Juan Acha revolucionaron muchas ideas preconcebidas en el ámbito artístico o cultural de nuestras sociedades, el comentario nos merece una reflexión, especialmente oportuna luego de las importantes manifestaciones artísticas organizadas recientemente en Lima.
 
Juan Acha nos ensenó a ver el arte como un proceso socio cultural dividido en tres actividades interrelacionadas que son la producción, distribución y consumo. Cada una de estas depende del ser humano que la realiza, la sociedad que le rodea y el sistema cultural al que pertenece.
 
En los 3 sistemas estético culturales que enunció, diferenció las artesanías, las artes eruditas y las artes tecnológicas y subrayaba la interdependencia social entre las mismas. Señalaba también la intervención de las facultades exclusivas de los humanos que son los sentidos, la razón y la sensibilidad. Lo que en las neuro ciencias conocemos hoy como las diferentes formas de inteligencias humanas.
 
A su pregunta de ¿porque entre más de 630 millones de latinoamericanos eran tan pocos los profesionales dedicados a cuestionar, teorizar, historiar las artes, hoy, la transformación tecnológica que predijo, junto con Marshall Mac Luhan, sobre la interconexión humana generada por los medios electrónicos nos sigue proponiendo varias reflexiones.
 
El Psicoanálisis, que es el arte de la mente, considera que nuestro psiquismo es estructurado por el lenguaje, razón por la que se entiende que los mensajes recibidos en la etapa pre verbal y la infancia marcan pautas de conducta y emociones muy difíciles de transmutar.
 
Si coincidimos en que “el Medio es el Mensaje”, (*) una vivencia inmediata me reveló hoy que la psique de nuestra “aldea global” (**) está gravemente enferma. La palabra, origen y fin de nuestra humanidad está desapareciendo de nuestra vida diaria. La gramática que reemplazó el arte verbal en la Edad moderna, hoy parece pertenecer al Pleistoceno.
 
No solamente nuestras neuronas no se dan el trabajo de entrar en sinapsis para escribir una frase pensada con un mínimo de lógica y sintaxis sino que comunicamos por emoticones. Las empresas, bancos, supermercados y, ahora en Europa, los servicios administrativos del Estado sustituyen la interconexión humana por el internet.
A propósito, y después que esta mágica herramienta personal se encontrara en avería insoluble por tercera vez durante la semana, un servidor local me proporcionó la oportunidad de poner en práctica lo aconsejado en mi blog esotérico de la semana pasada y retomar las preguntas de mi amigo Juan Acha. Tomar distancia, observar y preguntarnos
 
¿Cuáles son los aportes, cuestionamientos, alternativas que vamos a aportar desde América Latina para paliar a la ablación del lenguaje oral y escrito ¿Desde Sócrates y Aristóteles, la filosofía fue garante de nuestra capacidad de asombro frente a lo que, a fuerza de ser habito cotidiano se vuelve invisible, borrado por el conformismo. ¿De dónde venimos, hacia donde vamos, qué sentido tiene nuestra vida humana, porque el temor de hablar o el miedo al silencio ¿Estas son preguntas que nos conciernen a todos en tanto que humanos que compartimos con millones de semejantes el privilegio de atravesar la vida dotados de una consciencia, una mente racional y un lenguaje para manifestarlas.
 
Si una pequeña guerra de drones acabara con el corazón de nuestra tecnología, inteligencia artificial y datos a nivel mundial, ¿qué capacidad de asombro tendrán nuestros descendientes y qué forma de comunicación, si cada día perdemos contacto, empatía, sonrisa o simplemente evadimos la mirada del otro, nuestro semejante.
 
Las ideas que nos habitan en el silencio de la mente, el buen uso de las palabras para expresar nuestro pensamiento, son la famosa dialéctica socrática entre seres que no sólo piensan sino también hablan y aprenden a comunicar a través del dialogo. La enseñanza y la naturaleza del lenguaje y su polifonía son uno de los ejes de la obra que nos legó Juan Acha para la construcción de un pensamiento crítico al que América latina puede y debe aportar.
 
(*) Marshall Mac Luhan : The Medium is the Message- Ed. Random House 1967
(**) Marshall Mac Luhan : War and Peace in the global village-1968- reprint by Gingko 2001)

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